Cambió algo.
Durante (exactamente) el último año y medio, Taller Oliva mutó de pequeño proyecto personal a estar encaminado a ser un Laboratorio, un Taller, una Escuela de Diseño: Investigar, crear y compartir. Aquello que comenzó como una búsqueda más terminó derivando en el que, creo fervientemente, es el proyecto más grande y ambicioso en el que trabajé en mi vida.
¿Cómo conjugar Diseño, Filosofía, Computación, Investigación y Educación? La pregunta ya no es cómo diseñar mejor, sino qué significa diseñar cuando las máquinas mastican la realidad y la devuelven lista para ser digerida.
Iteradores es el primer síntoma de esta investigación: un protocolo de observación semanal donde documento la digestión digital mientras ocurre. Sé que no soy el único que lo nota, pero en los últimos 18 meses la relación que mantenemos con el trabajo, la educación, y muchísimos aspectos de nuestra vida cotidiana ha sufrido grandes intervenciones. Nuevas tecnologías aparecieron, rompieron, y están intentando reconducir a un contexto sobre-informado y agobiado. Es por esto (y más) que cada semana buscaré presentar un síntoma de cómo las máquinas metabolizan la realidad hoy, intentando encontrar el lugar del Diseño en todo esto, pero por sobre todo, dónde yace (hoy y mañana) lo humano.
Hoy por la tarde sale la primer entrega. Notarás que te llegará un correo de iteradores, por Taller Oliva. Si preferís no saber, lo entiendo perfectamente, y podés darte de baja con el link que se encuentra al final de este mail.
Muchas gracias,
Tomás Milgron Bilbao,
Taller Oliva



